Con este nuevo post sobre cómo aprender a decir NO, vamos a ver un nuevo ejercicio para acostumbrarme a valorar opciones justo antes de decir inmediatamente que sí o por lo contrario, cuando soy incapaz de decir que no.
Porque ahora ya sabemos si somos Salvadores, Perseguidores o Víctimas (Post 1ª Parte) y qué es importante para mí cuando alguien me pide algo y qué siento cuando ayudo a alguien y no me felicita, valora, agradece, etc. (Post 2ª Parte)
Este ejercicio que a continuación os detallo es el que uso con mis clientes de Coaching que, muy a menudo se ven obligados, o bien por las circunstancias o bien por la persona que se lo pide, a decir que sí a todo. Y eso, con las consecuencias que les genera no sólo a corto (“¡pero por qué le habré dicho otra vez que sí!”) sino también a medio y largo plazo (“no controlo mi vida”, “estoy pendiente de todos y nadie de mi”, “a este ritmo nunca terminaré mi trabajo/carrera/etc.”
¿Qué debo hacer primero? Bueno, debemos tener en cuenta que soy “primerizo” en decir que no por lo que es algo que tengo que ir trabajando poco a poco. Por lo tanto, como muchas veces no tenemos tiempo de reacción, es decir, no tenemos tiempo para pensar y dar las razones por las que no puedo hacerle/ayudarle/etc. sin parecer algo brusco con la persona que me lo pide, vamos a pensar en algunas “excusas” que retrasen el momento, por ejemplo:
– Deja que mire cómo tengo la agenda y te digo si puedo
– Ahora mismo no puedo contestarte. Si te parece te lo digo más tarde
– No estoy seguro de que pueda. Después te lo confirmo.
– Etc.
Con esto, lo que he conseguido es tiempo. Un tiempo muy valioso en el que voy a centrarme en el siguiente ejercicio de Coaching de 4 pasos:
1º) Preguntarme: ¿Por qué siento que debo decirle que sí? (porque la otra persona me da pena/me da mucho respeto; porque tengo miedo a las consecuencias, etc.)
2º) Valorar cuánto de reales son mis respuestas anteriores (¿exagero? ¿son reales?…)
3º) Dar 4 razones para decir que sí y 4 razones para decir que no
4º) Valorar esas 8 razones puntuándolas del ”0 al 10” por orden de importancia (0: ninguna importancia; 10: Muchísima importancia)
Después calcularé el resultado final de las 2 opciones (sí o no) y en función del mismo tomaré la decisión.
¿Quieres probarlo? Pues ya sabes: la próxima vez que te pidan algo, da alguna excusa inicial para conseguir tiempo y aprovéchalo para analizar si debes o no hacerlo.
Fácil, ¿verdad? Ahora sólo falta que lo pongas a prueba y te retes a ti mismo para conseguirlo!
En el próximo y último post sobre Coaching: Ejercicios para aprender a decir NO, nos centraremos en cómo conocerme mejor para establecer mis límites con los demás. Hasta entonces, practica, practica y practica.
hize el ejercicio y me ayudo mucho. gracias a la pagina de mucha ayuda.
Me alegra mucho que te ayudara, Jenny!