Últimamente me contactan algunos “ex” clientes que me piden una cita para “que les haga un reset”, para “que me espabiles de nuevo” (jajaja, sí, espabiles!), “porque necesito que me hagas de tus cosas que me hacen ver las cosas con más claridad” (no penséis mal!), etc. Y no sólo eso, sino que recibo mails de clientes que me piden Coaching para sus amigos, familiares o compañeros.
Este hecho hace que desde hace días le de vueltas a la cabeza: hace más de 5 años que me dedico al Coaching y siento que tengo muuuucha suerte, la suerte de ayudar a los demás; por hacerlo y por disfrutar con ello.
Me he planteado cómo lo hago y estas son las principales cuestiones:
– con transparencia absoluta
– haciendo todo lo posible, desde el lugar del Coach, para que mis clientes consigan aquello por lo que han venido a verme
– respetando y escuchando muy activamente
– facilitando el camino para conseguir lo que quieren sin darles la solución
– abriendo sus mentes, sus corazones, dándoles toda mi confianza para que lo hagan
– con un grado máximo de confidencialidad
– y, en definitiva, siendo yo misma, con toda mi pasión y profesionalidad
Uso herramientas de Coaching, de Inteligencia Emocional y de Programación Neurolingüística. Me divierte buscar qué pieza encajará mejor con cada cliente por su carácter, por su predisposición, por lo que está sintiendo, por el tema por el que me contactó. Es una especie de Tetris en 3D, una gran matriz formada por diferentes elementos que tienen que encajar unos con otros:
– Sentimientos / Emociones
– Pensamientos
– Formas de actuar o comportarse
– Puntos de vista diferentes
– Su “histórico”: sus experiencias vividas, sus valores, sus creencias, etc.
Todo ello junto con las herramientas necesarias para cada caso.
Es un rompecabezas impresionante y apasionante, donde el único fin es conseguir que mis clientes se sientan mejor y consigan lo que quieren. Y como he comentado, y siempre respetando otras profesiones, ¿se puede sentir uno más feliz mientras ayuda a los demás?
Gracias por permitirme reflexionar “en voz alta”.
Gracias por leerme 🙂