En nuestro próximo post hablaremos de las herramientas de Coaching que ayudan a cambiar nuestra actitud pero antes, es importante y necesario saber de dónde viene, cómo se detecta y cómo nos influye.
Nuestra actitud depende de muchos factores de los que no solemos ser conscientes. Algunos de ellos son:
– La imagen que tenemos sobre nosotros mismos: si nos gustamos o no, si estamos a gusto con nuestro cuerpo, con nuestra forma de ser y de pensar. Si tendemos a compararnos con los demás, etc.
– De las experiencias pasadas y presentes: de lo que hemos hecho en nuestra vida; si hemos estudiado lo que queríamos o no, si hemos trabajado en lo que nos gustaba, si nuestra pareja nos ha dejado o si alguna vez nos han despedido. Todo lo sucedido hasta ahora influye en nuestra actitud.
– De las personas que nos rodean: si mi entorno personal y profesional apoya mis decisiones, me ayuda, me anima a asumir nuevos retos o por el contrario me dice que siga igual, que no lo conseguiré o simplemente no le interesa lo que yo haga o deje de hacer.
– De las oportunidades de crecimiento a las que hemos estado expuestos. Por ejemplo, si quería estudiar y por razones familiares no pude, eso influirá en mi actitud.
– De las palabras de un padre, de un profesor, etc.: algunos de mis clientes me han dicho algunas palabras durísimas recibidas por parte de su padre, madre o alguien cercano; palabras como: “no sirves para nada”, “no eres lo suficientemente bueno para conseguir lo que te propones”, o “a ti quien te va a querer”. Algo así, puede marcarte durante mucho tiempo si no lo trabajas adecuadamente.
Por lo tanto, todo ello influye en si nuestra actitud tiende a ser más o menos positiva.
Su forma de detección es relativamente fácil porque se observa a través de la conducta externa de las personas: en su cara, en su postura, en su mirada, etc. También lo podemos observar en su forma de hablar; suelen ser personas que usan muchas palabras negativas o bien su discurso siempre va en la crítica o en la queja. ¿Reconoces a alguien así en tu entorno?
Y evidentemente, que tengamos una actitud positiva o negativa influye en nuestro día a día, en la forma en que enfocamos las cosas, en el modo en el que las pensamos o decimos, y consecuentemente, en los resultados que nos dan el hecho de que tengamos ese enfoque, esa forma de pensar o lo que decimos o nos decimos a nosotros mismos.
¿Cómo podemos cambiar nuestra actitud o la de los demás? Hay que dejar claro que podemos influir en la actitud de los demás pero uno mismo no cambia su actitud si no quiere, si no está dispuesto a ello.
Sea como sea, en nuestro próximo post podrás conocer algunas herramientas de Coaching para cambiar la actitud que, desde ya, ¡te aseguro que funcionan!