Últimamente, debido a la coyuntura económica y la consecuente situación que viven las empresas así como el miedo al desempleo que sufren muchas personas, recibo un feedback constante de algunos de mis clientes que comparten una situación similar en la empresa y que suelen transmitirme frases o expresiones como: recibo por todos lados, me dan por todas partes, es que estoy en el medio de todo y todos, etc..
Estoy hablando de los mandos intermedios; aquellos directivos o responsables de departamento/área que tienen, por una parte, al Director General de la organización o al Director de su área que le da órdenes desde arriba (muchas de ellas en forma de “presión”), y por otro lado, a sus propios colaboradores o equipo de trabajo, cuyas quejas y desmotivación están a la orden del día.
En una sesión de Coaching me decía una clienta esta semana: es que recibo presión por 4 lados! Mi Jefe, mis 7 colaboradores, los proveedores y los clientes que me piden todo para ayer… ¡¿qué hago?!
Y es que, en cierto modo, todos recibimos presión estemos en la escala jerárquica de la organización que estemos. Los Directores Generales tienen que conseguir los objetivos establecidos por los accionistas, socios o propietarios, y así se lo transmiten a los Directores a su cargo, quienes hacen lo mismo con los responsables de área que a su vez, descargan la presión sobre su propio equipo el cual cada vez es más escaso y por lo tanto con una carga de trabajo superior.
Es cierto que la situación económica no es la más idónea pero esa no es razón para presionar más a las personas que tenemos a nuestro cargo en lugar de motivarlas, apoyarlas, acompañarlas a la consecución de objetivos y por tanto al éxito, liderándolas con profesionalidad y manteniendo la calma.
A los mandos intermedios o directivos que os encontréis en esta situación (quizás la más complicada de la empresa) os recomiendo: calma con vuestros superiores, ánimo en la consecución de vuestras metas, y tacto y apoyo a vuestros colaboradores quienes, al fin y al cabo, son los que sacan el trabajo adelante. Y si la situación es o creéis que es insostenible, os recomiendo que vayáis a ver a un Coach, quien os ayudará a relativizar, priorizar y ver la situación desde otros puntos de vista, algo que os beneficiará más de lo que pensáis.
Y recordad: después de la tempestad, llega la calma.
Está claro que la presión externa que recibimos es algo sobre lo que tenemos poco o nulo control, pero sí podemos controlar más cómo la gestionamos… Tampoco es nada fácil, pero el Coach ayuda mucho, por experiencia. 🙂
Tienes toda la razón Cristina, nuestro control sobre lo externo es limitado pero sí podemos controlar o gestionarnos a nosotros mismos: cómo nos afecta, cómo nos sentimos, cómo debemos reaccionar, etc..
Gracias por tus comentarios.