Estoy segura de que alguna vez has tenido una relación profesional que no ha funcionado.

  • Quizás pensabas que entre vosotros no había feeling.
  • Quizás pensabas que vuestros puntos de vista eran tan distantes que no se podían coger ni con pinzas.
  • O directamente pensabas que la otra persona era un “capullo/a” con quien no se podía trabajar.

 

Sea la razón que sea, no entenderse es lo más normal del mundo. De hecho, lo vengo observando en las empresas en las que hago Coaching Ejecutivo entre:

  • Jefe/a que “no puede” con alguien de su equipo
  • Colaborador/a que “no puede” con su jefe/a
  • Directivos que entre ellos no se soportan (o creen que el otro quiere estar por encima de él)
  • Etc.

Es muy habitual, sucede incluso en las mejores familias (léase empresas ;))

 

Pero lo peor de todo es cómo se siente uno cuando tiene que trabajar en esos entornos. Parece que cada día sea una nueva batalla que nunca cesa..

 

Por lo tanto, ¿qué debemos hacer?

1º) Tener claro cuál es mi objetivo respecto a esa relación (y no estoy hablando de “por interés te quiero Andrés”. Entendemos que ambas partes forman parte de la misma organización y que lo inteligente, para todos, es llevarse bien)

2º) Trazar una estrategia que me ayude a conseguir ese objetivo

3º) Tener en cuenta el carácter (forma de ser) de la otra persona

  • O bien, entender que no todos somos iguales
  • O bien, no verlo todo como un ataque a nivel personal

 

Teniendo en cuenta estos 3 puntos, ya tienes mucho trabajo avanzado. Ahora sólo te toca, ponerlos en marcha.

¿Preparado para hacerlo? 😉

Image by markusspiske on Pixabay

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